Según tu experiencia, ¿en qué aspectos dirías que ha cambiado el modelo familiar en los últimos años?
Como la vida misma, la familia es una entidad dinámica en transformación continua. Algunos cambios que observamos desde nuestros proyectos son por ejemplo los escasos límites que se establecen en la convivencia familiar desde el nacimiento de los hijos e hijas o su adopción, la baja tolerancia a la frustración vinculada a la carencia de límites y una escasa presencia consciente que dificulta la comunicación y el diálogo. La familia como entidad hoy es muy diversa con un amplio abanico de realidades posibles. Quizá lo más relevante es: ¿Cómo se vive la maternidad y la paternidad hoy en día? Come dijo un padre en uno de los talleres que impartimos al darse cuenta de la tarea que es ser padre o madre: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad – parafraseando a Spiderman-«.
¿Qué crees que define a las relaciones familiares de hoy? ¿Qué problemáticas y avances te encuentras entre los asistentes a tus talleres?
Uno de los factores que define las relaciones familiares hoy, es la falta de tiempo de calidad. No se trata de estar mucho rato en familia, sino de que esa presencia sea real y auténtica, una presencia consciente que favorezca el diálogo y la comunicación desde el respeto, el cuidado y el amor. Estar en familia con una actitud de escucha que traslade un mensaje que diga: «Estoy disponible para ti” y durante ese tiempo se dejan de lado otros asuntos. Sentir esa cercanía y disposición por parte de las personas adultas, responsables de la crianza, genera seguridad y confianza.
Por lo tanto, las problemáticas más comunes con las personas que asisten a nuestros talleres están principalmente vinculadas a la deficiente comunicación en familia y a la gestión emocional sobre todo del enfado, tanto en los hijos e hijas como en las madres y padres. Para mí, un gran avance en estos espacios es la participación de padres aunque sea un proceso lento, porque parece que la tarea de la crianza y educación de los hijos e hijas es cada vez más compartida.
En la identificación y manejo de las emociones en las familias ¿se está recogiendo ya algún fruto con lo que se ha venido sembrando los últimos años?
Con el tiempo hay un leve avance que va muy despacio en cuanto a la incorporación de la educación emocional en la familia. La clave de las formaciones con familias es darle la vuelta a la tortilla, es decir, no proponemos recetas mágicas, sino que es una toma de conciencia a través de la pregunta: ¿Qué me pasa a mí en la relación con mis hijos e hijas, pareja, u otras personas del núcleo familiar? Y desde ahí comenzar a trabajar para que las relaciones funcionen.
¿Cuál es el secreto de una buena comunicación en la familia?
La ESCUCHA. Las personas sabemos oír muy bien y escuchar nos cuesta más. Escuchar de manera empática, sin juicio, ni valoración, sin necesidad de tener que dar la respuesta correcta o la solución, tener presencia real para acoger y recoger lo que la otra persona nos comparte. Se trata de entender el mundo de emociones, ideas, valores, creencias….. que aparece enfrente. A muchas familias les asusta esta propuesta porque confunden «te entiendo» con «tienes razón». No significa estar de acuerdo o dar la razón a la otra persona, sino simplemente entenderla. La sensación de sentirse escuchada o escuchado de verdad, es muy poderosa y confortable.
¿Qué necesitan los niños y niñas de hoy?
Creo que a lo largo de la Historia, todos las niñas, niños y adolescentes como hijos, han necesitado lo mismo: sentirse queridos, entendidos y aceptados tal y como son. Conociendo límites que garanticen su bienestar y supervivencia. Teniendo un modelo de personas adultas que sean auténticas, capaces de expresar y gestionar sus emociones. Vivir en un entorno que proporcione seguridad y confianza para crecer de manera saludable y feliz.
¿Qué necesitan los padres y madres de hoy?
Pues precisamente, hacerse esta pregunta: ¿Qué necesito como padre, madre o tutor legal para tener una buena relación en familia, generadora de bienestar? Y después, tener la inquietud, curiosidad y motivación para encontrar la respuesta.
¿Cuál es el aspecto más importante o urgente en el que convendría intervenir?
Me parece muy importante cultivar la escucha y autoescucha desde la CONGRUENCIA, LA ACEPTACIÓN POSITIVA INCONDICIONAL Y LA VERDADERA EMPATÍA, actitudes que ya nos propuso Carl Rogers en el siglo XX y hoy más que nunca son necesarias en una búsqueda de relaciones auténticas, que fortalezcan el crecimiento y desarrollo saludable de la familia en su conjunto. Por otra parte, darse permiso para que cada madre y padre sea la mejor versión de sí misma/o, libre de juicio crítico, ya que cada uno y una hacemos lo mejor que podemos y sabemos hacer, con las habilidades y competencias socio emocionales que hemos ido adquiriendo a lo largo de la vida.

Elena Segura Lizán
Educadora social y socia trabajadora y fundadora de ACAIS