Nuestro querido compañero, Javier García Forcada acaba de publicar otro nuevo libro. En esta ocasión centrado en uno de sus grandes temas de interés: los grupos. “Dinámicas de grupos. Aprender a convivir, trabajar y dirigir grupos” ofrece un rico material para comprender, trabajar y estar bien en grupo. Nacido del propio proceso vital del autor hablamos con él sobre su propuesta.
¿Cómo nació este libro?
Hacía un par de años que había dado mi último cursillo sobre ´grupos´ y sentí que tenía mucho material y ganas de comunicarlo, ya que me iba haciendo mayor y cursillos intensivos ya daba pocos. Aunque la verdad es que nació con la pandemia… parece que me dijera: ´es el momento´.
¿Fueron tus años de trabajo como psicoterapeuta en el Instituto los que te aportaron material para la redacción? ¿Cuántos años formaste parte de nuestro centro?
Al principio formé parte del Instituto de Interacción en todo, como colaborador dando cursillos con mi buen amigo Carlos Alemany, luego ya como miembro activo 15 años y ahora, desde Valencia, de nuevo como colaborador. El Instituto ha sido siempre una gran aportación para mí, porque era uno de los sitios donde daba mis cursillos de fin de semana y sobre todo porque en él estaban mis ‘maestros’ de grupos: Luis López Yarto, Juan Antonio García-Monge, José Mª Fernández-Martos, Pepe Burdiel, …
Si tuvieras que hacer el difícil ejercicio de resumir el espíritu de las 229 páginas en 5 líneas ¿cuáles serían?
Somos seres ‘sociales’, que nacemos, vivimos, trabajamos, creemos y creamos en grupos de todo tipo; desde el grupo familiar al equipo de trabajo, grupo de amigos, ocio, creencias… Está claro que en la vida nos jugamos casi toda nuestra identidad y felicidad en ellos. Necesitamos aprender a convivir, a trabajar y a dirigir grupos
¿Por qué te resultan tan atractivos los grupos como espacio de aprendizaje y crecimiento?
Porque un grupo que funcione bien siempre potencia a la persona. Esa es mi experiencia y es la verdad científica.
Sigamos por ahí, Javier. ¿Qué aportan las relaciones en grupo que no se pueda obtener en un espacio individual?
La posibilidad de satisfacer todas nuestras necesidades sociales. En el mito del Génesis el hombre es creado sólo y único, pero siente soledad; y sólo la comunicación y la socialización la rebajan y humanizan. La pena, como ya aventuró el profeta en esto Erich Fromm en los años 1950, es que el ser humano al dejar la naturaleza iba a pagar un alto precio, que sería la incomunicación y soledad. Tenemos que recuperar la naturaleza y la comunicación social, los grupos humanos.