Mindfulness suele traducirse como “atención plena” y puede hacer referencia a múltiples significados.
Mindfulness puede entenderse como una serie de técnicas dirigidas a entrenar la capacidad que tenemos las personas para enfocar la atención de manera consciente e intencional. Por ejemplo, hay ejercicios mindfulness que nos proponen llevar la atención a la respiración. Dedicar unos minutos a respirar conscientemente antes de una situación estresante puede ser una buena práctica para relajarnos.
Otro ejercicio muy recomendable antes de dormir es hacer un recorrido atencional por las distintas partes de mi cuerpo, mientras relajo los músculos que voy recorriendo mentalmente, acompañándome y ayudándome de la respiración.
También podemos ejercitar la capacidad de atender a los propios pensamientos y emociones, situándonos en una posición de observador ecuánime de nuestro propio contenido mental, lo que ayuda a tomar perspectiva y desarrollar mayor flexibilidad psicológica.
En general, los ejercicios mindfulness requieren entrenamiento para alcanzar resultados. La práctica continuada aumenta la capacidad de concentración, centrando nuestra capacidad atencional en lo que ocurre en el presente, aquí y ahora, también disminuye el estrés, aumenta la creatividad y puede proporcionar una distancia sobre nuestro contenido mental que resulta muy terapéutica.
Algunos enfoques terapéuticos han incorporado el mindfulness en sus intervenciones, centrándose por ejemplo en los beneficios que aporta reconocer y aceptar lo que me sucede como primer paso para comprometerme posteriormente con el cambio.
Otros modelos han puesto el mindfulness en el centro de la intervención, como, por ejemplo, la terapia basada en el mindfulness para la depresión. También se ha demostrado su eficacia en tratamientos para la ansiedad, el trastorno bipolar o la esquizofrenia.
La práctica del mindfulness no se limita a la práctica clínica, también se utiliza en otros ámbitos como la educación o el deporte.
Señalar, por último, que el mindfulness proviene de la adaptación a nuestros tiempos y a nuestra cultura de prácticas y filosofías meditativas ancestrales, en particular, la meditación budista, lo que implica una forma determinada de ver el mundo, de contemplar la realidad. En este sentido, mindfulness también puede estar haciendo referencia a una actitud vital.
(José María Fernández Flores. Psicólogo, psicoterapeuta, docente en Instituto de Interacción.)